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El FACT-CHECKING a las mentiras de Pedro Castillo

Publicado: 2022-09-15

Desde sus inicios, el periodismo ha ido adquiriendo un mayor compromiso social con la divulgación o difusión de noticias de interés territorial, aprovechando del avance tecnológico del siglo XX elevando no solo la tecnología en el que se apoya para hacer masiva su información, sino que nunca ha dejado de lado la verificación de cada contenido que divulga y, es que hablar de periodismo e información es entender cómo a través de una metodología adecuada puede producir cualquier tipo de información valiosa, buscar fuentes seguras y verificables.

Sabiendo de ello, cómo es que los periodistas necesitamos una mayor incidencia en la verificación de datos o fuentes que por hoy conocemos con ese alienado anglisismo al que casi obligatoriamente le tenemos que decir “fact-checking”.

La verdad, –y es que a ello nos debemos- la tecnología de la información ha desarrollado tantas plataformas gratuitas de divulgación a principios del presente siglo que los propios medios de comunicación tradicional han sentido la amenaza de ser desplazados en algún momento. A casi un cuarto del nuevo siglo, la información se ha democratizado para los más tolerantes y para los más ortodoxos se ha “maleado”, en propias palabras del vulgo periodístico más indignado.

Entonces, la producción de contenidos e información se ha vuelto de tanta apertura que solo vale tener una identidad virtual, a través de una cuenta e-mail para abrir diversas plataformas Internet y hacer de ellas la vitrina o el portal referente de contenidos para todos los gustos; sin embargo, el exceso de esta apertura nos lleva a una razón muy preocupante y a una curiosa pregunta que solía expresar una conductora reality de los noventas (Cristina Sarallegui) ¿Será cierto esto?

En el contexto nacional, donde también cualquiera puede ser presidente sin saber leer ni escribir, el fact-checking resulta casi un programa de defensa pública. No es un secreto que los servicios de información con los que cuenta el actual Gobierno de Pedro Castillo se han enfocado en la creación de nuevos medios de comunicación para desacreditar hechos relevantes que evidencian los actos de corrupción en la que se encuentra enfrascado el Presidente, su familia y allegados; surgen entonces Digital TVGO, los diarios La Puka, El Sombrero, Cambio y portales web desde donde se difunden noticias [“…”] que suelen ser viralizadas entre los oficialistas y adeptos en las redes sociales. Esto les ha permitido crear una corriente de opinión a su favor con el que pretenden desacreditar los destapes periodísticos de investigación y las denuncias de los colaboradores eficaces que estuvieron inmiscuidos en el mal accionar presidencial.

Recordemos algunas afirmaciones de Pedro Castillo donde el fact-checking ha sido determinante en la investigación y denuncias periodísticas por medios de comunicación del país.

“[…] Debo dejar claro que jamás he trasladado el Despacho Presidencial a [la casa del pasaje] Sarratea [en Breña], más aun teniendo tremenda responsabilidad, no pudiendo tratar temas de Estado fuera de Palacio”.

El mandatario, de acuerdo a “Cuarto Poder”- utilizó nuevamente la casa en Breña para recibir a funcionarios públicos, entre ellos los congresistas oficialistas Álex Paredes y Lucinda Vásquez y al entonces ministro de Defensa, Juan Carrasco. Este último, inicialmente señaló que abordaron temas de “defensa de la Nación”. Luego cambió de versión.

Hasta la fecha, Castillo Terrones no ha transparentado la lista de personas con las que tuvo reuniones en la vivienda del pasaje Sarratea en dos momentos de su administración. La contraloría inició acciones de fiscalización a inicios de diciembre.

“No, jamás, nunca me he reunido [con Karelim López]…Hay muchas personas que ingresan a Palacio, no todas conversan conmigo”.

La empresaria Karelim López, hoy colaboradora eficaz del Ministerio Público, visitó Palacio de Gobierno en seis oportunidades entre agosto y noviembre del año pasado. De estas, tres reuniones, de acuerdo al portal de Transparencia de la Presidencia, fueron con Castillo Terrones, y las otras, con Pacheco. Según “Panorama”, el presidente reconoció, en un interrogatorio en calidad de testigo ante la fiscal de lavado de activos Luz Taquirre, que sí conocía a López Arredondo.

“Bueno, a mí no me consta lo de los US$20 mil dólares, es un proceso que está en camino, en investigación…”.

El presidente Castillo dejó en duda el hallazgo de US$20 mil en el baño de la oficina que tenía Pacheco en Palacio de Gobierno en noviembre pasado. Esto a pesar de que existe un acta firmada por el fiscal anticorrupción Marco Huamán que corrobora este hecho. El ex secretario general de la Presidencia es investigado por las presuntas presiones ejercidas al jefe de la Sunat; incluso, el mismo Pacheco respondió inicialmente, ante el Ministerio Público, que ese dinero era producto “de sus ahorros” y del “sueldo” que percibía como alto funcionario del Ejecutivo, que ascendía a S/25 mil.

“Mire, una forma de comunicarnos, como lo venimos haciendo, cuando hay esta forma de trasladar el Gabinete a las regiones, yo me dirijo al país y no oculto nada […] Soy respetuoso de la libertad de prensa y en mi gobierno no habrá ningún tipo de mordaza”.

En los primeros nueve meses de su gobierno, el Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS) y el Consejo de la Prensa Peruana (CPP) emitieron 24 alertas en rechazo a acciones del Ejecutivo en desmedro de la libertad de expresión.

De estas 24 alertas, cinco advirtieron que la administración de Castillo impidió a los periodistas acceder a sus actividades oficiales. Por ejemplo, el 16 de marzo, seguridad del Estado no solo formó un cerco alrededor del mandatario, cuando este visitó Retamas (Pataz, La Libertad), donde ocurrió un alud, sino también evitó que los reporteros recogieran las demandas de los ciudadanos de esa localidad.

Como hemos podido apreciar nada de lo que haya dicho el Presidente Castillo le ha permitido desestimar alguna denuncia en su contra. Combatir la desinformación es el propósito de fact-cheking y ha permitido desenmascarar las reiteras mitomanías del Jefe de Estado y su entorno; además de mejorar el conocimiento informado de la sociedad siguiendo una metodología que contiene los siguientes pasos: 1. Selección de la frase, afirmación o declaración pronunciada en un ámbito público o trino en redes sociales; 2. Evaluación de la relevancia, impacto social y repercusión en el debate público o viralización social; 3. Consulta a las fuentes: autor/a de la afirmación, fuentes oficiales, expertas, alternativas y recolección de bases de datos públicas y oficiales que permitan realizar la verificación; 4. Contextualización de la afirmación realizando una labor de periodismo explicativo; 5. Otorgar una calificación con base en unas categorías establecidas.

Así mismo, es oportuno decir que esta cantidad de desinformación por la que no solo atraviesan naciones como Perú sino también en la región, ha permitido la creación de nuevos servicios de verificación y una característica que se observa entre los medios que se dedican al fact-checking es la creación de proyectos colaborativos para luchar contra la desinformación durante las campañas electorales y contra los gobiernos corruptos, librando de esta manera una lucha frontal contra la falsedad o el fake noticioso.


Escrito por

Marlon Rodríguez

Periodista | Comunicador Social para Sostenibilidad | Articulista | Mayo Comunicaciones | Melómano


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